jueves, 30 de octubre de 2008

BARRANCOS: PASILLOS DE VIDA. NUEVO PROYECTO QUE PONE EN MARCHA LA ASOCIACIÓN CARABUS


BARRANCOS: PASILLOS DE VIDA es un novedoso proyecto de divulgación e investigación que pone en marcha la asociación CARABUS. Su finalidad se centra en promover el conocimiento de la biodiversidad natural y cultural de la red de barrancos más importantes a nivel patrimonial de la geografía insular.
La isla de Tenerife tiene como característica definitoria su accidentada topografía. Las marcadas pendientes, unidas a un régimen de lluvias poco abundante pero de carácter torrencial, son la causa de una actividad erosiva a través del tiempo que ha surcado el relieve de una serie de barrancos profundamente encajados y paredes muy escarpadas. El abarrancamiento es particularmente notable en aquellos sectores de la Isla donde la actividad volcánica reciente ha sido escasa como en los macizos de Teno, Anaga y Adeje. Existe una extensa red de barrancos que discurren desde la cumbre hasta la costa y que por su largo recorrido pasan por distintas bandas climáticas, dando lugar a la aparición de una amalgama de microclimas, constituyéndose en áreas de una alta diversidad ecológica. La biodiversidad que atesoran sus laderas o cauces varía según su emplazamiento y orientación, contribuyendo a la aparición de múltiples hábitats que albergan una gran variedad de flora y fauna, convirtiéndose los barrancos en legítimos refugios para un buen número de raros endemismos.
El hombre y los barrancos han mantenido una estrecha relación a lo largo de la historia. Ya desde tiempos inmemoriales, las poblaciones aborígenes ocuparon los tramos medios y bajos de muchos barrancos, sobre todo aquellos más amplios y espaciosos, ya que eran lugares de especial concentración de recursos para sobrevivir…, manteniéndose este vínculo ancestral hasta finales del siglo XX, cuando prácticamente desaparecen las formas de vida pastoriles.
Si bien en el pasado muchos barrancos llevaban agua de forma casi permanente, el descenso del nivel del acuífero de la Isla, la canalización y explotación desmedida, hacen que en la actualidad en muy pocos lugares se pueda localizar escorrentías permanentes (barrancos de Afur, El Rio, Infierno y Cochinos). La ocupación de sus causes, así como de sus áreas délticas y sus bordes por urbanizaciones, carreteras y la proliferación de cultivos, junto con vertidos de agua residuales, basuras… está significando un cambio drástico en las condiciones ecológicas de estas reservas del territorio insular.
Los barrancos funcionan como pasadizos de biodiversidad que comunican distintos ambientes, además se han declarado o se encuentran muchos de ellos dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos y se han convertido en auténticos santuarios donde se refugian paisajes casi perdidos y un número importante de seres exclusivos que forman parte de un legado patrimonial heredado de un valor excepcional.
Desde esta premisa se presenta el proyecto “Barrancos, pasillos de vida” como una propuesta de divulgación dirigida a la población en general, que pretende un mejor conocimiento y revalorización de unos de los accidentes geomorfológicos más relevantes y representativos de nuestra geografía insular: los barrancos.
Fotos: CARABUS.