ENTRE TODAS LAS CORDILLERAS DE LOS ANDES SUDAMERICANOS, la Cordillera Blanca es la más conocida por alpinistas y caminantes de todo el mundo. Su fama se debe no sólo a su altura y a las grandes formaciones glaciares, sino también a su fácil acceso. Esta cordillera que alcanza hasta los 6768 m de altura en el Nevado Huascarán, cuenta con más de 30 picos de más de 6000 m de altura y comprende un área glaciar de más de 700 km2, que supera ampliamente en extensión a todas las demás áreas glaciares de los Andes peruanos, tales como las Cordilleras Huayhuash o Vilcanota (en Cuzco), que no son visitadas tan a menudo por encontrarse en una zona muy alejada. La Cordillera Blanca, por el contrario, es de muy fácil acceso. Después de 7 horas de viaje en guagua desde Lima, llegamos a Huaraz, ubicada a más de 3000 m de altura al pie de la Cordillera Blanca, cuyos escarpados picos cubiertos de hielo constituyen un majestuoso escenario para la ciudad. Huaraz es la capital de la región Chavín (departamento de Ancash) recibiendo esta área el nombre de Callejón de Huaylas. No sin razón esta región recibe también el nombre de La Suiza peruana.
La Cordillera Blanca le debe su nombre tanto a sus resplandecientes glaciares y nevados, como también a la grano diorita, roca semejante al granito, de la que están compuestos los principales picos. Los numerosos valles del lado oeste de la cordillera que desembocan en el valle del Santa abren pequeñas entradas hacia la parte alta de la región.
El centro turístico de todo el territorio de la Cordillera Blanca es Huaraz, donde se concentran gran número de hoteles, hostales y restaurantes de calidades muy variadas, así como también agencias de viaje, de transporte y numerosas tiendas de equipos para montañistas y caminantes, donde también se ofrecen tours de toda clase, aunque no siempre con el conocimiento necesario. Si se desea asesoramiento se debe visitar la Casa de Guías de Montaña y Turismo, ya que estos profesionales están formados y cualificados para desarrollar con garantía esta actividad.
De los aproximadamente 100.000 turistas que visitan anualmente el Parque Nacional de Huascarán, entre el 85 y el 90% son de nacionalidad peruana y vienen, sobre todo durante la Semana Santa. Los alpinista y senderistas son casi exclusivamente extranjeros, procedentes en su mayor parte de Europa, pero también de los Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda e Israel. El nevado escalado con mayor frecuencia es el Nevado Pisco (5752 m), supuestamente el más fácil de escalar, y se encuentra sobre la laguna de Llanganuco. Otro nevado que también atrae numerosos montañistas es el Huascarán, principalmente en la ruta regular de Musho (sobre Mancos). Además también es posible escoger entre una gran variedad de tours de caminatas de varios días de duración a través de valles y pasos a gran altura. Las rutas que han alcanzado fama internacional son: La ruta de Santa Cruz (a través del valle de Santa Cruz hacia el Este y el Sur hasta Llanganuco) y la ruta del Alpamayo (a través del valle de Alpamayo hasta el pie del nevado del mismo nombre).
Desde hace algunos años encontramos también dos refugios construidos siguiendo el modelo alpino, los cuales permiten a los excursionistas prescindir de tiendas: el refugio Perú, ubicado al pie del Pisco y el refugio Ishinca, que se encuentra en el valle del mismo nombre. La Cordillera Blanca y sus alrededores también ofrecen a los montañeros inexpertos la posibilidad de realizar interesantes caminatas. Los visitantes quedan fascinados sobre todo con los glaciares y la diversidad de paisajes formados por el hielo. El observador atento, a menudo puede reconocer indicios de que estos glaciares – como en el caso de los alpes y otras zonas montañosas – en el pasado fueron más grandes e imponentes. En el período glaciar, los glaciares cubrían la mayoría de los valles de la cordillera extendiéndose hasta los alrededores, dónde quedan aún altos muros de morena (cascajo de glaciares), cuyo tamaño indica la altura máxima que alcanzaba el hielo. También podemos observar otros muros de morena de este tipo, pero un poco más pequeños y de menos antigüedad que colindan directamente con las lenguas de los glaciares actuales y muestran claramente como el hielo se ha ido reduciendo, proceso que continúa hasta nuestros días. Casi todos los valles muestran también el típico perfil en forma de U producido por la erosión glaciar.
Desde hace 25 años, la mayor parte de la Cordillera Blanca forma parte del Parque Nacional Huascarán, cuya administración se encuentra en Huaraz. Esta realiza grandes esfuerzos para proteger y conservar la naturaleza en la cordillera, sobre todo los manantiales, los Queñuales, las pocas plantas de Puya Raimondii que existen, así como los ejemplares de cóndores y vicuñas, etc. Sin embargo, existen otros intereses que dificultan la protección del medio ambiente y la naturaleza: la economía pecuaria, que se practica en exceso en algunos valles, llegando a perjudicar la vegetación; la minería con siete minas en funcionamiento (mientras que otras 70 están paralizadas); y finalmente el turismo, que se concentra principalmente en algunos puntos o rutas. No es tarea fácil conciliar estos intereses y controlar o guiar estas actividades de tal manera que no se siga perjudicando la naturaleza. Fotos: CARABUS.
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